viernes, 14 de enero de 2011

Historia de vida: Fainier Rodriguez



 Hoja de Vida

Nombre: Fainier Manuel Rodríguez
Nació: Guanacaste
Lugar de Residencia: Bella Vista
Trabajo Actual: Guarda de seguridad de la escuela  Álvaro Paris
Puesto que desempeño en la Compañía Bananera: Operador de la Planta Eléctrica
Años de trabajo con la Compañía Bananera: 6 años
Sueldo: Inicialmente  30.000 por quincena.

La llegada a Golfito.
Don Fainier llego a golfito desde Guanacaste, en la etapa de la niñez, junto a su padre  Manuel Rodríguez Alvarado, quien trabajo para la Compañía Bananera por más de 28 años, ejerciendo el puesto de celador de guardias de seguridad , y madre , con  5 hermanas y dos hermanos siendo él mayor de los varones.
Recuerdos de su paso por la Compañía
 Para él la experiencia de trabajar en la Compañía fue una experiencia bonita, “ya que la compañía ofrecía la oportunidad de trabajo a todas las personas, y apoyaban a los estudiantes que salían del colegio, y los metían a laborar en el taller de de mecánica”.
Recuerdos de la Compañía.
 Para el uno de los recuerdos que no puede dejar en el pasado fueron las fiestas del 24 de diciembre donde se realizaban bailes en el club latino , y todos los trabajadores acudían a la Papota con sus familias a celebrar con los amigos .” A los niños se le deban regalos, y se repartía comida y guaro a montones”.
En su infancia recuerda que en las escuelas repartían pastillas de bacalao y para desparasitar, que mas de algún niño botaba después de que la maestrea se fuera del salón, además de que la misma compañía les daba los cuadernos y demás materiales para ir a clases.
El 01 de mayo era otra de las actividades que se celebraba, donde la compañía obsequiaba relojes de oro para aquellos trabajadores que cumplieran 25 años de trabajar con la Compañía.






Los fines de semana eran de fiesta, ya que todos los domingos los trabajadores y sus familias tomaban el tren a las diferentes fincas para conocer y visitar viejos amigos, además la compañía traía equipos de futbol como el Danubio, el águila, el costa rica” muy bueno”, para jugar con los equipos de Golfito como el de los ferrocarrileros y el de otros departamentos.
De la ciudad , recuerda que en la actual soda el descanso fue la Estación Ferrocarrilera , y el Cristo que esta en el parque de Bella Vista lo pusieron ellos para que cuando entraran al Golfito dar las gracias de haber llegar sanos y salvos de la jornada de trabajo.
Beneficios que existían
“muy buena y ayudaba mucho, nunca llegara una empresa a si a la compañía.” Ya que esta se encargaba  de pagar luz, agua, destacar caños y brindar todos los materiales para la reparación de estas.
El Final Llego
Para el la partida de la Compañía Bananera de Golfito se debe gracias a las acciones del sindicato y la huelga del 85, esto genero que los primeros en ser despedidos por la compañía fueran las personas que laboraron en la Planta de servicio Eléctrico, pero recalca que al mismo tiempo que fueron despedidos la compañía bananera les dieron a los mismos trabajadores en forma de concesión para que esta siguiera trabajando, el nunca participo de los sindicatos.
Cuando la Compañía partió todo golfito entro en depresión, y mas de una persona mayor falleció a causa de esto, y muchas de las personas optaron por irse de Golfito, y la compañía comenzó a regalas las casas a los trabajadores, pero los administradores del latino comenzaron a cobrar por estas, por lo cual  su casa en  56.000 colones.

Historia de Vida: Rafael Mora

Hoja de Vida

Nombre: Rafael  Mora Porras
Fecha de nacimiento: 5 de Octubre 1939
Nacido en: Orotina, Costa Rica.
Años de trabajar en la UFco: 16 años
Lugar de Residencia: Barrio Bella Vista


La Llegada a Golfito

Nacido en Orotina el 5 de Octubre de 1939, se traslado a Golfito con un amigo en 1956, al tener 17 años, el motivo de su viaje fue que tenia un hermano que ya estaba instalado en Golfito y era dueño de los buses que existían, entonces don rafa se vino a trabajar con el hermano como cobrador de los buses. Así nos relato,  “Cuando llegue a Golfito la Compañía ya estaba instalada”. En Golfito conoció a su señora Virginia Miranda Cabezas y se casó a los 37 años.

Recuerdos de su paso por la Compañía

El 10 de agosto de 1970 comenzó a trabajar con la Compañía, comenzó sus labores limpiando locomotoras, luego de un tiempo lo ascendieron a ayudante de  maquinista y luego fue maquinista. Manejo maquinas de diesel que eran tipo 50 y se usaban para meterlas al muelle, y las de vapor que manejo fueron la 81,82 y 84 viajaban hacia Palmar, Coto y Laurel.
Estas maquinas salían de Golfito a recoger banano paro también algunas se adaptaban para trasladar pasajeros, los trenes con  pasajeros salían hacia Palmar Norte a las 6:00am y hacia Laurel a las 8:00am.
El sueldo lo recibía por mes laboraba 208h por mes después de eso eran horas rojas (extras) comenzó ganando ¢300  por mes pero luego como lo iban ascendiendo llego a ganar (¢700 u ¢800) le pagaban por medio de cheques que tenia que ir a cambiar a las oficinas administrativas.
No existía un horario de trabajo para los ferrocarrileros, su horario de trabajo era hasta que la maquina fuera a cargar banano a las fincas o a palmar y cuando llegara de vuelta a Golfito había terminado su jornada diaria, pero existían varias rutas y labores que realizar para cada día.

Beneficios que existían trabajando en la compañía
Para las compras de los alimentos y necesidades básicas de la casa las conseguían en el merchandise porque era donde existían los mejores precios y se conseguía de todo (Ropa, Alimentos, Bicicletas), pero todo eran productos que la misma compañía  importaba,  nada era nacional.
“La Compañía nos daba la casa, el agua y la luz gratis y las reparaciones que la casa ocupara”. “La Compañía Bananera fue un gran  patrón, porque nunca se atrasaba en ningún pago, ni tampoco quedaba debiendo ni un solo colon a sus empleados”.
El hospital también era de la Compañía y les rebajaban de planilla para poderlo utilizar sin embargo esto a futuro les perjudico porque al ser de la compañía no existía el sistema de cuotas que existe actualmente por lo cual todo los años que trabajaron para la compañía nunca obtuvieron ninguna cuota con la CCSS, lo cual les perjudico para poder obtener una pensión.
“Era fácil poder entrar a laborar en la compañía, no pedían como ahora bachilleres o títulos, no, la misma compañía te contrataba y te preparaba en el área donde te necesitará, por esto muchas de las personas que trabajamos en la compañía no saben ni leer ni escribir porque no iban a la escuela y desde jóvenes empezaban a trabajar ahí”.
Como incentivos a sus trabajadores les daba un reloj de oro a los veinticinco años de trabajar con ellos. Además tenían un comedor para todos los trabajadores de el muelle que le llamábamos “La Papota”.
Para el 1 de mayo que era el día del trabajador hacían partidos de futbol, había fiestas en el Latino y el Miramar para los trabajadores. “Algunas veces los ferrocarrileros no teníamos libre ese día porque nos correspondía trasladar a los invitados que se trajeran o a los trabajadores de Golfito para que jugaran en Palmar o en otros lugares”.
EL final llego
“Cuando la Compañía se fue todos quedamos desorientados, la mayoría de personas se fueron, las calles vacías, cuando la compañía se fue todo pasó a manos del estado”. Les vendió las casas de habitación a cada trabajador, la casa que el compro le costo ¢18000 eran 2 casas pegadas, una para la hija y otra para el.  Además la compañía  le pago las prestaciones a cada trabajador a Don Rafa le correspondió en ese tiempo ¢90 100 por los años laborados.

Historias de Vida: Justo Miranda


Hoja de Vida

Nombre: Justo Miranda Bustos
Fecha de nacimiento: 1931
Nacido en: Nicaragua
Años de trabajar en la UFco: 37 años
Lugar de Residencia: Barrio Bella Vista

Un largo viaje

Los papás lo trajeron de Nicaragua a Guanacaste y luego el solo se vino para Golfito en 1947.

Ya en Golfito

            Don Justo recuerda que “en 1941 comenzó la primera locomotora a correr, Nicaragüenses y Hondureños eran llevados a trabajar en las fincas a volar hacha y machete, era trabajo duro”.

Comenzó a trabajar en 1948 en construcciones y en el muelle, teniendo solo 16 años, por lo cual no podía firmar un contrato con la compañía porque era menor de edad y la cedula de identidad la obtenía hasta los 21 años.

            Una vez  que cumplió 21 años, en 1952 firma un contrato formal con la compañía y entra a trabajar en el taller mecánico limpiando los vieles de las locomotoras, luego lo ascendieron a fogonero ayudando al maquinista a mantener el fuego de la maquina de vapor.

            Después de un tiempo trabajando como fogonero paso a ser holán, era a lo que actualmente se llama capataz, en este puesto, tenia a su cargo una cuadrilla de personas encargadas de las labores de la locomotora.

            Además fue ferrocarrilero, manejo todas las locomotoras, de vapor de diesel  cuando llegaron las  maquinas electro diesel empezaron a sustituir a las de vapor.

Recibían los pagos por medio de cheques, “en el muelle había una oficina de  pagaduría, barco que terminado, barco pagado”. En las fincas los salarios eran, trabajaban 8 horas y les pagaban  ¢7 y 20 centavos, pero cuando les tocaba conchar fruta (jalar banano) el pago era un cinco por cada fruta, si se hacia en mula podían llevar dos frutas (racimos de banano) por cada viaje y pagaban un cinco por cada mula.

            Cuando trabajo en el ferrocarril ganaba ¢1 y 40 centavos  la hora, tenia un horario que entraba a las cuatro de la tarde y salía a la media noche o de 12 de la noche a 8 de la mañana.

Otra manera de ganar dinero eran realizando lo que llamaban chambas, una era, forrar los vagones que transportaban el banano con cascaras del tallo del banano para que la fruta no se golpeara.

            “Recuerdo que en el año 55 hubo un choque donde casi pierdo mi pierna, choco la maquina 91 con la 82”.

Beneficios que existían trabajando en la Compañía

            Cada finca  tenia su comisariato para los trabajadores y les vendía a precio costo. “Todas las escuelas estaban a cargo de la compañía y a los maestros que laboraban en las escuelas la compañía les dio casas y actualmente estos viven en ellas”.

            Como olvidar el regalo que la Compañía daba a sus trabajadores cuando cumplieran los 25 años de labor, “regalaban relojes de oro a los que cumplíamos 25 años”. Don Justo fue uno de los trabajadores que logro obtener el tan comentado incentivo y su reloj lleva grabado en la parte trasera la siguiente leyenda: “25 YEARS SERVICE UNITED BRANDS COMPANY”, y hasta el día de hoy esta como nuevo.

En Diciembre la compañía hacia fiestas para celebrar el fin de año, estas las hacían en “La Papota” daban comida por montones a toda la familia de los trabajadores. “Y preparaban Chucula esta era una mezcla de whisky y otros licores muchos quedaban volcados cuando tomaban esto”.

A los trabajadores la Compañía les daba las casas gratis, pero “habían varios tipos de casas:
Los barracones: en estos vivían ocho familias por cada barracón con baños públicos y lavanderías publicas.
Las casas tipo Turrón: Dos casa pegadas, podían vivir dos familias pero compartían baño.
Las casas tipo forma: Una sola casa para una familia con baño propio.
Las casas tipo K: Dos casas pegadas para dos familias pero con baño cada una”.
Don Justo relata que “vivir en las casas tipo turrón era un problema, porque como las dos familias compartían baño, se daba que una familia salía y le dejaba las dos puertas del baño cerradas y la otra familia no podía utilizar el baño hasta que la otra volviera”.

Cuando se acabo la fruta

        Así llama Don justo para referirse a cuando la Compañía Bananera abandono las plantaciones y se marcho, “se acabo la fruta”. Cuando esto ocurrió la Compañía dio aguinaldos a todos sus trabajadores y le pago las prestaciones. “Yo recibí varios aguinaldos ese mismo año, los que ganábamos por mes obtuvimos ese beneficio y los demás trabajadores que ganaban por quincena reclamaron”.

            Para que se nos pudieran vender las casas, “los ferrocarrileros tuvimos que enviar a un delegado a la casa presidencial para que nos vendieran las casas”. Esto porque cuando la compañía se fue dejo las casas a los trabajadores pero como todo lo que quedo en Golfito quedo en manos del estado este también quería las casas entonces se decidió venderlas a cada familia que habitaba en ellas. “Yo pague ¢32 000 por mi casa y aún vivo aquí”.

            Don Justo relato que la causante para que se fuera la bananera era por un impuesto que el gobierno le iba a cobrar a la compañía por cada caja de banano que saliera del puerto este impuesto era de un cinco por cada caja y aproximadamente se exportaban medio millón de cajas por semana, a lo cual el mandamás explico que no les era rentable pagar ese impuesto y por esto decidieron marcharse de la zona.

Fotos actuales del reloj obtenido en 1973

                                  

miércoles, 5 de enero de 2011

Posición geográfica del cantón de Golfito


Las  coordenadas geográficas medias del cantón de Golfito en la parte central están dadas por 08º25’35’’ latitud norte y 83º06’45’’ longitud oeste, y en la península de Osa por 08º32’07’’ latitud norte y 83º27’47’’ longitud oeste.
Limita al este con los cantones de Corredores, Coto Brus y Panamá; al oeste con el cantón de Osa y el Golfo dulce; al norte con los cantones de Buenos Aires y Coto Brus y al sur con el Océano Pacífico.
El nombre de Golfito se originó por su posición geográfica, se debe a la forma que presenta el litoral, de un golfo pequeño, dentro del Golfo Dulce; la cual dio origen a la denominación del sitio en donde se ubica la actual ciudad de Golfito.
La anchura máxima, incluido Golfo Dulce, es de ciento seis kilómetros en dirección noroeste a sureste, desde unos cinco kilómetros aguas arriba de la confluencia de los ríos Brujos y Corcovado, hasta el sitio El Salto, en la Península Burica, frontera con la República de Panamá

Aspectos físicos del cantón de Golfito


            Topografía
En la Ciudad de Golfito se encuentran planicies severamente inclinadas con partes ondulantes y llanuras bajas con depresiones inundadas. Su elevación varía entre la cota cero y 40 metros, con una elevación media de 10 msnm.

             Geomorfología
            La Ciudad se ha desarrollado a lo largo de la estrecha línea de la costa, en una estrecha franja que se forma entre el mar y las montañas de las Filas Trocha y Gamba.
La Bahía de Golfito es una ensenada natural que se encuentra muy bien protegida dentro del Golfo Dulce, lo cual provoca que no se dé el efecto de dilución de los contaminantes que se vierten al mar.

            Clima
La zona se caracteriza por temperaturas y precipitaciones altas. Los valores máximos de temperatura (30°C) se dan entre los meses de febrero y marzo, los valores mínimos (22°C) se dan entre los meses de julio y octubre.
            El período de mayor precipitación se da entre los meses de abril a diciembre, con una precipitación promedio máxima de 954.2mm registrada en el mes de agosto de 1993.
           La humedad relativa promedio anual es de 86%. Las horas de brillo solar para la época seca son de 6 a 7 horas diarias y para la época lluviosa es de 2 a 3 horas.

Hidrografía
 La  ciudad es atravesada por varias quebradas, las de mayor relevancia son las Quebradas Laguna, Banco, Naranjal y el Rió Cañaza.

            Amenazas teutónicas y sísmicas
Golfito está muy cercano a la triple unión de las Placas de Nazca, Coco y Caribe, por lo que la actividad sísmica es muy frecuente, en el registro de los últimos cien años se han presentado al menos seis sismos en la zona con magnitudes superiores a los 7 grados.

             Deslizamientos
Golfito está rodeado de laderas de pendientes muy fuertes, por lo que existe una elevada susceptibilidad a los deslizamientos y avalanchas.

             Uso del suelo
    La Cuidad de Golfito en su gran mayoría esta enclavada entre la Zona Marítimo Terrestre que es de Patrimonio Nacional y el Parque Nacional Golfito, factor que impedirá el crecimiento de la Ciudad.

Reseña histórica de Golfito


En la época precolombina el territorio que actualmente corresponde al cantón de Golfito, estuvo habitado por indígenas del llamado grupo de los bruncas, que en los inicios de la conquista fue dominio de Giriara cacique de Turrucaca, que se localizaba a unos 55 kilómetros del litoral de Golfo Dulce, hacia el interior de la región; así como el cacique Osa, que según el relato de don Andrés de Cereceda del viaje efectuado por don Gil González Dávila, se hallaba a unos 45 kilómetros de Punta Burica. Además, antes de la llegada de los españoles, la zona estuvo habitada por sociedades cacicales del sureste de Costa Rica y del oeste de Panamá.
La región fue descubierta en 1519, por don Juan de Castañeda y don Hernán Ponce de León, que en su travesía marítima, pasaron por Punta Burica y llegaron al Golfo de Osa (hoy Golfo Dulce) y continuaron su recorrido por nuestro litoral Pacífico hacia el noroeste. El sector terrestre fue visitado por don Gil González Dávila, en 1522, cuando se realizó el primer recorrido por tierra de nuestro territorio nacional, desde el sector sureste del mismo hasta el poblado indígena de Avancari (hoy Abangaritos, cantón de Puntarenas).
La primera ermita se construyó en 1874, en Puerto Jiménez, dedicada a Santo Domingo. En 1951 se edificó la iglesia de Golfito con advocación a San José. En el arzobispado de Monseñor don Carlos Humberto Rodríguez Quirós, cuarto arzobispo de Costa Rica, en el año de 1974, se erigió la parroquia; la cual actualmente es sufragánea de la diócesis de San Isidro de El General de la provincia eclesiástica de Costa Rica.
La primera escuela se construyó en 1912, en Puerto Jiménez y se denominó Escuela de Golfo Dulce, en el primer gobierno de don Ricardo Jiménez Oreamuno. En 1940 se inauguró la escuela en Golfito, la cual actualmente se llama Álvaro París S. el Colegio Técnico Profesional Industrial Carlos Manuel Vicente Castro, inició sus actividades docentes en 1958, en la primera administración de don José Figueres Ferrer.
En la ley Nº 20 del 18 de octubre de 1915, sobre división territorial para efectos administrativos, el barrio Golfo Dulce, llamado también Santo  Domingo y varios caseríos aledaños, conformaron el distrito quinto del Cantón de Osa, tercero de la provincia de Puntarenas. Tiempo después, la población de Santo Domingo se trasladó a poca distancia al noroeste, donde hoy se localiza Puerto Jiménez, con esta nueva denominación.
En 1934 la Compañía Bananera de Costa Rica abandonó las plantaciones que tenía en el litoral Caribe para trasladarse a la región Pacífico sureste. A partir de 1936 se empezó el cultivo del banano en la zona; producto que se embarcaba en lanchones en Puerto Jiménez para su exportación. En ley 133 del 23 de julio de 1938, la Compañía se comprometió a construir un puerto en Golfito; a principios del año siguiente se inició la edificación de las primeras instalaciones, cuyo muelle entró en funcionamiento en 1941; lugar que se constituyó en el centro de operaciones del principal enclave bananero del país.
El 11 de agosto de 1949 se llevó a cabo la primera sesión del Consejo Municipal de Golfito, integrado por los regidores propietarios, señores Álvaro Vargas Lizano, presidente; Fernando Torres Portuguez, vicepresidente; y Juan Gómez Quirós. El secretario municipal fue don Luis Vargas Quesada y el jefe político don José Arguedas Sandí.
En la administración de don Mario Echandi Jiménez, el 16 de junio de 1961, en decreto ejecutivo Nº 38, sobre división territorial administrativa, se le otorgó el título de Villa al puerto de Golfito. Posteriormente, el 21 de setiembre de 1963, en el gobierno de don San Francisco Orlich, se decretó la ley Nº 3201 que le confirió a la villa, la categoría de ciudad.
 Fundación del cantón
En decreto ley Nº 552, del 10 de junio de 1949, Golfito se constituyó como el cantón  siete de la provincia de Puntarenas, con tres distritos. Se designó como cabecera la población de Golfito.
Golfito procede del cantón Osa, establecido este último en ley Nº 31 del 27 de junio de 1914.
Historia de la llegada de la United Fruit Company a la Zona Sur 

Con la llegada de la Compañía Bananera a la Zona Sur de nuestro país se presentó uno de los procesos más grandes de intervención de empresas extranjeras al país, trayendo consigo gran cantidad de cambios en el aspecto cultural, geográfico, económico y político.
En los años de 1930, 1934 y 1938 la Compañía Bananera concreta los acuerdos de estadía en el Pacífico Sur de Costa Rica con el Estado, como medio para ampliar sus territorios, donde obtuvo la concesión para construir y tomar control del ferrocarril y muelles (principalmente el de Golfito).
Desde los años veinte la United Fruit Co. Se había propuesto acaparar los terrenos bajos propensos a la explotación industrial entre las riberas del Golfo Dulce y la desembocadura del río Grande de Térraba, donde luego instaló una economía de enclave, lo cual determinó el desarrollo regional de los siguientes 50 años.
Para ello, en 1928 había enviado al Dr. V.C. Dunlop  desde Puerto Armuelles a inspeccionar las vegas del río Coto, como previsión para disponer de nuevos terrenos para el cultivo industrial del banano ante alguna eventualidad en la costa Atlántica.
Los informes de Dunlop fueron positivos y solo fue cuestión de tiempo para que la empresa hiciera los arreglos necesarios con el Gobierno para su explotación. A todo esto se le sumaban las excelentes condiciones naturales que brinda el Golfo Dulce para el atracadero de embarcaciones.
Sin embargo, el proceso para que la United Fruit Company adquiriera las tierras necesarias para su proyecto fue difícil, puesto que la mayoría estaban ocupadas por campesinos. Al principio se valió de Fernando Castro Cervantes, fundando la Golfo Dulce Land Co.,  y de la Ley de Gracias, creada casi para beneficiar a la empresa a través de terrenos, ya que obtuvo más de 70.000 ha, incluso en Golfito. Este asunto llegó al extremo de titular las tierras donde estaba El Pozo, Balzar y Palmar Norte sin atender los derechos de los viejos ocupantes, la ancestral comunidad de indígenas borucas de la familia Díaz, quienes perdieron todas sus tierras en Palmar.
También a raíz de la Guerra de Coto, la United Fruit Co. Aprovechó el vacío jurisdiccional imperante y por medio de la Chiriquí Land Co. Adquirió casi 7.000 ha mediante un título de propiedad panameño entre La Cuesta y Pueblo Nuevo de Coto, pueblo este que pasó a ser de su propiedad junto con los terrenos de ese sector que formaron parte de la División Puerto González Víquez.
El Contrato Cortés-Chittenden, Ley 133 del 23 de julio de 1938, autorizó a dicha empresa a construir un muelle. Al iniciar operaciones regionales en 1937, la Compañía Bananera de Costa Rica S.A., antigua United Fruit Co., ubicó su centro de operaciones en Puerto Jiménez y El Pozo (hoy Ciudad Cortés), desde donde embarcaba el banano adquirido a los lugareños.
La compra de banano a los pobladores muestra las posibilidades de la economía local, puesto que abastecían a la empresa para llevar el producto hasta Puntarenas y luego a Limón, para exportarlo como parte de su línea de producción. Esta situación se mantuvo hasta principios de 1942.
Paralelamente, la empresa inició la construcción de la infraestructura del nuevo enclave, poniendo en operación el ferrocarril, el muelle de Golfito y las nuevas plantaciones en Palmar, con lo cual interrumpió la adquisición de banano a los pobladores locales, puesto que ya disponía de su propia producción. Ni qué decir que eso fue un duro golpe para los campesinos de entonces.
En 1939, la empresa trasladó sus oficinas de Puerto Jiménez a Golfito, sitio habitado apenas por unas cuantas familias de pescadores artesanales, y originó una nueva población. Para entonces, la Compañía Bananera ya poseía más de 100.000 ha de tierras en la Zona Sur.
Tiempo después, Golfito había adquirido otro aspecto, ya que le poblado fue segregado en áreas exclusivas para los funcionarios estadounidenses -la Zona Americana-, mientras en el otro extremo ubicaron las viviendas de los trabajadores -la Zona Gris- y más tarde el Km 1-, ambas divididas por la Zona Amarilla, residencia de algunos empleados de confianza. El diseño del emplazamiento se complementó con la infraestructura requerida, como el del aeropuerto, la lechería, la fábrica de lácteos, El Naranjal y otros.
A partir de1941, Golfito creció como el centro desde el cual se controlaba todo el proceso bananero de la transnacional, abarcando Quepos y aun algunas operaciones en el Atlántico.
Para poder atender la demanda de mano de obra que requería la Compañía Bananera, la región se vio inundada de gente procedente de Guanacaste, Nicaragua y Honduras, que rápidamente superaron a los pobladores antiguos. De estos grupos, muchas personas retornaron a sus lugares o simplemente se fueron, pero otras se quedaron y fueron las que dieron origen al tipo de habitante característico de esta región.
El enclave bananero cumplió su ciclo y desapareció, dejando una huella profunda en la región que marcó indeleblemente a esta sociedad. En tanto, el resto de la cuenca mostraba poblaciones costeras deprimidas que, por no incidir en la cadena de producción de aquella economía, apenas han subsistido manteniendo rasgos del habitante original casi con las mismas características de marginalidad, ahora empeorada por el acaparamiento de los últimos años por parte de extranjeros de la zona marítimo terrestre.