miércoles, 5 de enero de 2011

Reseña histórica de Golfito


En la época precolombina el territorio que actualmente corresponde al cantón de Golfito, estuvo habitado por indígenas del llamado grupo de los bruncas, que en los inicios de la conquista fue dominio de Giriara cacique de Turrucaca, que se localizaba a unos 55 kilómetros del litoral de Golfo Dulce, hacia el interior de la región; así como el cacique Osa, que según el relato de don Andrés de Cereceda del viaje efectuado por don Gil González Dávila, se hallaba a unos 45 kilómetros de Punta Burica. Además, antes de la llegada de los españoles, la zona estuvo habitada por sociedades cacicales del sureste de Costa Rica y del oeste de Panamá.
La región fue descubierta en 1519, por don Juan de Castañeda y don Hernán Ponce de León, que en su travesía marítima, pasaron por Punta Burica y llegaron al Golfo de Osa (hoy Golfo Dulce) y continuaron su recorrido por nuestro litoral Pacífico hacia el noroeste. El sector terrestre fue visitado por don Gil González Dávila, en 1522, cuando se realizó el primer recorrido por tierra de nuestro territorio nacional, desde el sector sureste del mismo hasta el poblado indígena de Avancari (hoy Abangaritos, cantón de Puntarenas).
La primera ermita se construyó en 1874, en Puerto Jiménez, dedicada a Santo Domingo. En 1951 se edificó la iglesia de Golfito con advocación a San José. En el arzobispado de Monseñor don Carlos Humberto Rodríguez Quirós, cuarto arzobispo de Costa Rica, en el año de 1974, se erigió la parroquia; la cual actualmente es sufragánea de la diócesis de San Isidro de El General de la provincia eclesiástica de Costa Rica.
La primera escuela se construyó en 1912, en Puerto Jiménez y se denominó Escuela de Golfo Dulce, en el primer gobierno de don Ricardo Jiménez Oreamuno. En 1940 se inauguró la escuela en Golfito, la cual actualmente se llama Álvaro París S. el Colegio Técnico Profesional Industrial Carlos Manuel Vicente Castro, inició sus actividades docentes en 1958, en la primera administración de don José Figueres Ferrer.
En la ley Nº 20 del 18 de octubre de 1915, sobre división territorial para efectos administrativos, el barrio Golfo Dulce, llamado también Santo  Domingo y varios caseríos aledaños, conformaron el distrito quinto del Cantón de Osa, tercero de la provincia de Puntarenas. Tiempo después, la población de Santo Domingo se trasladó a poca distancia al noroeste, donde hoy se localiza Puerto Jiménez, con esta nueva denominación.
En 1934 la Compañía Bananera de Costa Rica abandonó las plantaciones que tenía en el litoral Caribe para trasladarse a la región Pacífico sureste. A partir de 1936 se empezó el cultivo del banano en la zona; producto que se embarcaba en lanchones en Puerto Jiménez para su exportación. En ley 133 del 23 de julio de 1938, la Compañía se comprometió a construir un puerto en Golfito; a principios del año siguiente se inició la edificación de las primeras instalaciones, cuyo muelle entró en funcionamiento en 1941; lugar que se constituyó en el centro de operaciones del principal enclave bananero del país.
El 11 de agosto de 1949 se llevó a cabo la primera sesión del Consejo Municipal de Golfito, integrado por los regidores propietarios, señores Álvaro Vargas Lizano, presidente; Fernando Torres Portuguez, vicepresidente; y Juan Gómez Quirós. El secretario municipal fue don Luis Vargas Quesada y el jefe político don José Arguedas Sandí.
En la administración de don Mario Echandi Jiménez, el 16 de junio de 1961, en decreto ejecutivo Nº 38, sobre división territorial administrativa, se le otorgó el título de Villa al puerto de Golfito. Posteriormente, el 21 de setiembre de 1963, en el gobierno de don San Francisco Orlich, se decretó la ley Nº 3201 que le confirió a la villa, la categoría de ciudad.
 Fundación del cantón
En decreto ley Nº 552, del 10 de junio de 1949, Golfito se constituyó como el cantón  siete de la provincia de Puntarenas, con tres distritos. Se designó como cabecera la población de Golfito.
Golfito procede del cantón Osa, establecido este último en ley Nº 31 del 27 de junio de 1914.
Historia de la llegada de la United Fruit Company a la Zona Sur 

Con la llegada de la Compañía Bananera a la Zona Sur de nuestro país se presentó uno de los procesos más grandes de intervención de empresas extranjeras al país, trayendo consigo gran cantidad de cambios en el aspecto cultural, geográfico, económico y político.
En los años de 1930, 1934 y 1938 la Compañía Bananera concreta los acuerdos de estadía en el Pacífico Sur de Costa Rica con el Estado, como medio para ampliar sus territorios, donde obtuvo la concesión para construir y tomar control del ferrocarril y muelles (principalmente el de Golfito).
Desde los años veinte la United Fruit Co. Se había propuesto acaparar los terrenos bajos propensos a la explotación industrial entre las riberas del Golfo Dulce y la desembocadura del río Grande de Térraba, donde luego instaló una economía de enclave, lo cual determinó el desarrollo regional de los siguientes 50 años.
Para ello, en 1928 había enviado al Dr. V.C. Dunlop  desde Puerto Armuelles a inspeccionar las vegas del río Coto, como previsión para disponer de nuevos terrenos para el cultivo industrial del banano ante alguna eventualidad en la costa Atlántica.
Los informes de Dunlop fueron positivos y solo fue cuestión de tiempo para que la empresa hiciera los arreglos necesarios con el Gobierno para su explotación. A todo esto se le sumaban las excelentes condiciones naturales que brinda el Golfo Dulce para el atracadero de embarcaciones.
Sin embargo, el proceso para que la United Fruit Company adquiriera las tierras necesarias para su proyecto fue difícil, puesto que la mayoría estaban ocupadas por campesinos. Al principio se valió de Fernando Castro Cervantes, fundando la Golfo Dulce Land Co.,  y de la Ley de Gracias, creada casi para beneficiar a la empresa a través de terrenos, ya que obtuvo más de 70.000 ha, incluso en Golfito. Este asunto llegó al extremo de titular las tierras donde estaba El Pozo, Balzar y Palmar Norte sin atender los derechos de los viejos ocupantes, la ancestral comunidad de indígenas borucas de la familia Díaz, quienes perdieron todas sus tierras en Palmar.
También a raíz de la Guerra de Coto, la United Fruit Co. Aprovechó el vacío jurisdiccional imperante y por medio de la Chiriquí Land Co. Adquirió casi 7.000 ha mediante un título de propiedad panameño entre La Cuesta y Pueblo Nuevo de Coto, pueblo este que pasó a ser de su propiedad junto con los terrenos de ese sector que formaron parte de la División Puerto González Víquez.
El Contrato Cortés-Chittenden, Ley 133 del 23 de julio de 1938, autorizó a dicha empresa a construir un muelle. Al iniciar operaciones regionales en 1937, la Compañía Bananera de Costa Rica S.A., antigua United Fruit Co., ubicó su centro de operaciones en Puerto Jiménez y El Pozo (hoy Ciudad Cortés), desde donde embarcaba el banano adquirido a los lugareños.
La compra de banano a los pobladores muestra las posibilidades de la economía local, puesto que abastecían a la empresa para llevar el producto hasta Puntarenas y luego a Limón, para exportarlo como parte de su línea de producción. Esta situación se mantuvo hasta principios de 1942.
Paralelamente, la empresa inició la construcción de la infraestructura del nuevo enclave, poniendo en operación el ferrocarril, el muelle de Golfito y las nuevas plantaciones en Palmar, con lo cual interrumpió la adquisición de banano a los pobladores locales, puesto que ya disponía de su propia producción. Ni qué decir que eso fue un duro golpe para los campesinos de entonces.
En 1939, la empresa trasladó sus oficinas de Puerto Jiménez a Golfito, sitio habitado apenas por unas cuantas familias de pescadores artesanales, y originó una nueva población. Para entonces, la Compañía Bananera ya poseía más de 100.000 ha de tierras en la Zona Sur.
Tiempo después, Golfito había adquirido otro aspecto, ya que le poblado fue segregado en áreas exclusivas para los funcionarios estadounidenses -la Zona Americana-, mientras en el otro extremo ubicaron las viviendas de los trabajadores -la Zona Gris- y más tarde el Km 1-, ambas divididas por la Zona Amarilla, residencia de algunos empleados de confianza. El diseño del emplazamiento se complementó con la infraestructura requerida, como el del aeropuerto, la lechería, la fábrica de lácteos, El Naranjal y otros.
A partir de1941, Golfito creció como el centro desde el cual se controlaba todo el proceso bananero de la transnacional, abarcando Quepos y aun algunas operaciones en el Atlántico.
Para poder atender la demanda de mano de obra que requería la Compañía Bananera, la región se vio inundada de gente procedente de Guanacaste, Nicaragua y Honduras, que rápidamente superaron a los pobladores antiguos. De estos grupos, muchas personas retornaron a sus lugares o simplemente se fueron, pero otras se quedaron y fueron las que dieron origen al tipo de habitante característico de esta región.
El enclave bananero cumplió su ciclo y desapareció, dejando una huella profunda en la región que marcó indeleblemente a esta sociedad. En tanto, el resto de la cuenca mostraba poblaciones costeras deprimidas que, por no incidir en la cadena de producción de aquella economía, apenas han subsistido manteniendo rasgos del habitante original casi con las mismas características de marginalidad, ahora empeorada por el acaparamiento de los últimos años por parte de extranjeros de la zona marítimo terrestre.